La Hermana Geisha de la Biznaga

Si la Biznaga es el símbolo de Málaga, la Glicinia es La Hermana Geisha de la Biznaga

Cenador de las glicinias en el Jardín Botánico

Probablemente, no hay ningún otro olor que se identifique tanto con Málaga como el de la biznaga. Ya sea por haberse convertido en símbolo de la ciudad, ya sea por ser algo típico de nuestra tierra, ya sea por su significado.

No creas que la biznaga es algo moderno, su nombre proviene del árabe, significa “regalo de Dios” y sabemos que durante siglos, se usó para perfumar los hogares y como remedio natural contra los mosquitos. Y, como manda la tradición, la persona que vende las biznagas o “biznaguero”, no puede hacerlo de cualquier manera, va vestido con el traje tradicional marengo, que consiste en una camisa blanca con fajín rojo, pantalón negro y alpargatas. Y porta las biznagas pinchadas en una penca, es decir, en una hoja de chumbera.

Pero la biznaga tiene una hermana.

Sí has leído bien, una hermana Geisha.

Una hermana que se encuentra en el Jardín Botánico y se llama Glicinia.

Procedente del firmamento de estrellas botánicas que llegaron a Málaga procedentes de China.

Freetour Malaga

En esta embriagadora imagen se aprecia una lenta lluvia de pétalos en el viejo cenador, sobrevolado por un festival de abejas y abejorros, que unen su aleteo nervioso al murmullo de un estanque escoltado por costillas de Adán, cual paradisíaco lugar incapaz de imaginar en las más suculentas elucubraciones que podamos soñar.

Doce troncos plantaron la familia Loring para cubrir su cenador en el hoy Jardín Botánico, fabricado en hierro forjado de la ferrería La Constanza de Heredia, muchos años después de la muerte de Manuel Agustín Heredia y estando los negocios en manos de su hijo Tomás, hermano de la dueña de la antigua finca de La Concepción, Amalia Heredia y propietario de la vecina finca de San José.

En el extremo más pegado al estanque, uno de los doce troncos de los que consta la enorme enredadera, ha ido retorciendo con brío el hierro decimonónico, hasta reemplazarlo y convertirse en sustento de la estructura.

La finca fue comprada por Jorge Loring Oyarzábal, el marido de Amalia Heredia Livermore en 1855. Se construyó primero la casa palacio y el jardín, y entre 1865 – 1870 se realizó el cenador, que jugó un papel importantísimo en la vida social de la hacienda, sirviendo para lugar de costura, tomar el té, almorzar, cenar, celebrar fiestas e incluso bailes regionales.

La Glicinia, Estrella del Jardín Botánico ha cumplido más de 140 años desde que la plantaran los Loring y sus esquejes han sido enviados al palacio del Marqués de Salamanca en el paseo de Recoletos madrileño y a jardines botánicos de toda España.

Es evidente que la savia malagueña seguirá corriendo por sus leños y de las ramas seguirán lloviendo pétalos de sus flores por todo el mundo.

Conoce la historia y muchas curiosidades en los Free Tours de Málaga que no te debes perder. ¡Reserva gratis ahora!